Acero Makati

A CATORCE GRADOS DE LATITUD NORTE, Mss Canon llega a Manila sin apenas aliento. El teleobjetivo no es que vaya cargado de polvo hasta las pestañas, ya no enfoca automáticamente. Hoy tuvo que ser relevada por Mr Samsung pero espero que en los próximos días consiga recuperarse un poco para la visita al pueblo de Buscalan y sus tatuadoras antes de enfrentarse en la reserva de tigres de Bardiya, en tierras de Nepal, a las ráfagas y los disparos continuos. Yo tampoco enfoco ya automáticamente. ¡No sé qué va a ser esto! Manila al menos te alimenta y da de beber el mejor iced blend tea de todo el sudeste asiático.

De vuelta en Filipinas y permanecer en Manila mientras logro montar una escapada al poblado arrocero donde vive la mujer más famosa del archipiélago puede resultar una extravagancia para los turistas de sol y playa. Alojarte en Valero Grand Suites, en el corazón del barrio de Makati, un tablero de rascacielos de cristal y acero cuyo urbanismo perpetúa un callejero de acento español, te aísla y relaja.

Ace5ro Makati
Vista de los Jardines del Triángulo de Ayala, un espacio urbanístico verde con esa forma poligonal en pleno centro del distrito de negocios de Makati.

El vestíbulo del hotel, de altura noble pero sin pretensiones, es un hervidero de huéspedes entre las puertas de entrada y salida, mayoritariamente turistas del país, enterrados algunos en las grandes butacas mientras esperan y observan cómo otros deciden ir o venir o góndolas de equipaje cruzándolo.

Que la piscina estuviera fuera de servicio en esos días precisamente era un mal menor comparándolo con las bocanadas de tabaco que salían abrasadoras de los ascensores.

Rascacielos en el barrio de Makati de la capital filipina.
Calle de Sánchez en la city de la ciudad de Manila.

Una vez confirmado que la suite escogida había estado libre de ocupantes fumadores todo fue confort. Los desayunos, ajustados pero sabrosos, aunque no podías retrasarte mucho a riesgo de quedarte en ayunas. Desde los ventanales de la habitación, fantasmagorías en la noche, y en la bañera, combate de recuerdos e insomnio.

La casa de huéspedes reservada en Buscalan me esperaba con colchonetas tiradas por el suelo y cuarto de baño compartido y en otra planta pero con desayunos energéticos sin merma

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